Reforma interior de un apartamento situado en el distrito de Ciutat Vella de Barcelona, con vistas a la plaza del ayuntamiento. Sus nuevos propietarios, de origen holandés, querían convertirlo en un espacio abierto con ambientes bien comunicados, llenos de luz y diseño de influencia nórdica para un mobiliario mid-century.
El proyecto incluye la completa redistribución de la vivienda original, fuertemente compartimentada, sustituyendo la principal pared de carga por una gran viga metálica. Así se consigue un espacio común para la sala, con cocina e isla, separada del dormitorio principal y de un pequeño estudio para invitados por dos paneles con puertas correderas.
Los acabados interiores consiguen un estilo nórdico e industrial mediante el pavimento de cemento continuo color gris, pinturas y lacas blancas y piezas de mobiliario a medida de madera recompuesta.